Era uno de los parajes de Navarra que más ganas tenía de fotografiar, y este fin de semana, por fin, tuve la oportunidad de hacerlo. El Urederra es famoso por el color azul turquesa de sus aguas, pero este sábado, debido a las fuertes lluvias de los últimos días, arrastraba tantos materiales que había perdido su característico color. Poco importó, porque el Urederra, paletas cromáticas aparte, es uno de los ríos con más posibilidades fotográficas de nuestra geografía. Sus numerosos saltos de agua, dignos de los mejores cuentos de hadas, dan fe de ello.
Al otoño le quedarían probablemente cuatro o cinco días para estar en su apogeo, pero el color amarillo de las hojas ganaba poco a poco terreno al verde.
En algunos remansos el azul hacía intentos de devolver al río el color al que debe su fama...
... mientras el agua continuaba con su exhibición de saltos imposibles.
Y todo ello bajo la atenta mirada de los árboles, más pendientes del espectáculo del río que de convertirse en los protagonistas del otoño.
Hasta la próxima, Urederra, ha sido un placer. Regresaré a finales de la primavera que viene con la esperanza de conocer el azul de tus aguas. Mientras tanto, que pases un buen invierno.