Uno de los principales atractivos
de la Sierra
de Urbasa son los bosques. Cuando
estuve allí tuve la oportunidad de visitar algunos de ellos y, aunque a la zona
quizá le faltaba un puntito para estar completamente
otoñal, una ligera nevada y algo de niebla le daban un ambiente único que había
que aprovechar.
Si ya es complicado transmitir la
belleza de un paisaje con una fotografía, en el caso de los bosques los
problemas se multiplican. Hay que darle muchas vueltas para encontrar una
composición en la que los elementos tengan cierto orden y no sea todo demasiado
caótico, por no hablar del contraste extremo que se produce entre la oscuridad
del suelo y la luz blanquecina que se filtra entre las hojas de los
árboles.
Un recurso que suelo utilizar consiste en elegir un ejemplar que destaque sobre los demás para darle un peso importante en la imagen, haciendo que ocupe buena parte de ella y que el resto de la composición gire en torno a ese motivo principal. Un tronco cubierto de musgo con unas hojas verdes me sirvió esta vez como base de la composición.
Para solventar los problemas que señalaba al principio, trato siempre de evitar superposiciones
incómodas entre los troncos de los primeros planos e intento que, si decido
incluir la parte más alta del bosque en la composición, la zona sea lo suficientemente tupida como para que las
inevitables zonas quemadas no tengan demasiado protagonismo en la imagen final.
En este caso no fue difícil, porque los árboles conservaban aún una buena
cantidad de hojas en sus ramas.
2 comentarios :
Great pictures, great comparison
Thank you very much for your kind words!
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