martes, 24 de septiembre de 2013

Dolomitas IV: "Tirando de tele"

Uno de los aspectos que más me ha atraído siempre de la fotografía es el hecho de que gracias a una cámara de fotos podemos captar la realidad de maneras muy distintas a como la percibimos habitualmente. El ejemplo clásico es el de las fotografías con velocidad de obturación lenta, que nos permiten captar el movimiento, o muy rápida, que nos permiten congelar un instante que de otro modo se perdería en la secuencia. Es el ejemplo clásico, pero no el único. 

Mirar a través de un teleobjetivo es como tener un par de ojos adicionales que nos permiten llegar donde los nuestros no llegan o, mejor dicho, nos permiten aislar detalles de una escena más general en la que con frecuencia pasan desapercibidos. Es por ello que siempre que tengo ocasión "tiro de tele" y examino pieza a pieza, como si de un puzzle se tratara, el paisaje que tengo delante. Durante mi viaje a las Dolomitas repetí este divertido ejercicio en varias ocasiones, he aquí una selección de 5 de esas imágenes que sin la ayuda de un teleobjetivo no habría podido traerme a casa.



































































































miércoles, 18 de septiembre de 2013

Dolomitas III:Tre Cime di Lavaredo, más allá de la imaginación

Es quizás el lugar más visitado y fotografiado de las Dolomitas, pero no por ello deja de ser uno de los parajes más espectaculares que se pueden admirar en esta cadena montañosa de los Alpes. Su cara norte es la más característica, pues desde dicha orientación es desde donde mejor se aprecia la silueta de las tres cumbres a las que se refiere el nombre del conjunto. Cuando uno las observa desde algún punto cercano a la base, queda enmudecido por la majestuosidad de esas paredes verticales que parecen empeñadas en tratar de tocar el cielo.




La cercanía entre las tres cimas provoca caprichosos juegos de luces y sombras. Los rayos del sol se cuelan entre las cumbres y en determinados momentos del día nos ofrecen la posibilidad de contemplar la silueta de alguna de las cimas proyectada como una sombra en la pared vecina.


Y si cuando uno las contempla desde la base queda impresionado por la verticalidad de sus paredes, cuando lo hace desde la lejanía parece inexplicable que la naturaleza haya tallado semejante monumento natural sin seguir ningún patrón fijado de antemano, pero el azar geológico y meteorológico ya nos ha demostrado en más de una ocasión que es capaz de crear paisajes que van más allá de lo que nuestra mente podría imaginar, y las Tres Cimas de Lavaredo son sin ninguan duda uno de ellos.
























* Antes de dar por cerrada la entrada quería agradecer a Xavi, infatigable compañero de viaje, su paciecia a la hora de posar para hacer la primera de las fotografías. ¡Un abrazo, compadre!


martes, 10 de septiembre de 2013

Dolomitas II: Lago di Sorapìs, aguas de otro planeta

Había leído mucho acerca del color de sus aguas y había recorrido Internet de extremo a extremo en busca de fotos y más fotos de este incomparable paraje, pero todo queda en nada cuando uno se sienta a orillas del Lago di Sorapìs y lo contempla en silencio. Todavía recuerdo la extraña sensación de estar caminando a su alrededor y no poder apartar la vista de su agua azul turquesa, entre impresionado por el espectáculo y temeroso de que por caprichos de la naturaleza el color palideciera en pocos minutos. Cada vez que miro las fotos que realicé me alegro de comprobar que aquel azul sobrecogedor y tan sensible a los cambios de luz no es fruto de una exageración de mi memoria.